Ya hemos visto que ganarle al monstruo de la página en blanco es más fácil de lo que parece: se necesita inspiración y disciplina.
¿Pero qué sucede cuando la inspiración no llega?
Si bien la inspiración ayuda mucho al momento de crear contenidos, no es un factor determinante.
No es necesario estar inspirado todo el día para poder generar contenidos de calidad. Después de todo, crear contenidos no se trata de hacer un cuadro original, único e irrepetible como haría un pintor, sino de hacer miles, millones de cuadros repetibles pero todos igualmente originales, como haría un diseñador.
Tenemos que aspirar a ser un diseñador de contenidos que use la inspiración como una herramienta complementaria.
Un diseñador a su vez crea trabajos personalizados acorde a sus clientes, y esa es otra característica que debemos adoptar.
Debemos tener en cuenta al cliente, considerar a su audiencia y en qué paso del camino de compra está, en qué redes se maneja, y hacer research intenso para ampliar nuestras herramientas a la hora de crear contenidos.
¡Inclusive podemos “robar”! Siempre y cuando lo hagamos de la manera correcta. Si te interesa, aquí te dejamos un artículo sobre Buen Robar y Mal Robar para que puedas ver cómo aplicar esta táctica de contenidos.
El objetivo principal es poder armar un calendario de contenidos en el que podamos definir el eje de comunicación para nuestro público objetivo, en el que el contenido le sea de su interés y ayuda, teniendo siempre en cuenta el Ciclo de Compra.
A lo largo del mismo tendremos distintos tipos de contenidos con diferentes funciones y fines, desde educar hasta entretener, hasta inspirar y convencer.
Aquí les dejamos un cuadro con ejemplos de contenidos y qué fin tiene cada uno:
Este es un proceso que se incorpora y, como todo proceso, tiene varios pasos con sus respectivos objetivos y tiempos. Para leer más acerca del proceso de generación de contenidos, te compartimos unos insights sobre Creación de Contenido 2016.