Muchas empresas no tiene objetivos SMART, de esto ya hemos hablado. Pero peor que no tener objetivos bien definidos es seguir pensando igual que hace 20 años. El mercado cambio, el management cambia también.
Normalmente cuando las empresas llegan a conversar con nosotros, nos cuentan sobre cómo manejan marketing y ventas, nos cuentan tácticas. Pero pocas lo hacen en el marco de una estrategia bien definida. Y ¿cómo te das cuenta entonces si estás realizando tácticas sueltas sin una estrategia? No ves valor y no ves resultados. Tu equipo no sabe comentarte si esa táctica que están implementando está dando buenos resultados. ¿Porqué? Porque no tienen bien definido qué esperar de ello.
Entonces lo primero que debes preguntarles y ayudarlos a definir es ¿para qué hacerlo?¿Qué esperamos que suceda?¿Cómo nos damos cuenta de que fue exitoso?
Con frecuencia hablamos del círculo dorado de Simon Sinek. Aunque algunas empresas ya lo implementan a la hora de pensar tu proceso, algunas lo aplican en la forma "anticuada": pensar primero el "qué quiero hacer", después definir el "cómo hacerlo" y por último el "para qué". Interpretarlo de esa forma sólo los lleva a menores resultados y a pensar en tácticas que no se alinean a una estrategia.
En cambio si pensamos primero en el "para qué", es decir en el objetivo principal que queremos conseguir, el "qué" y el "como" pierden protagonismo. De hecho el "qué" y el "cómo" pueden adoptar infinitas posibilidades o formas que nos lleven al "para qué". Aquí es que nosotros hablamos de valor, de conseguir objetivo, y no tanto de cómo hacerlo ni cuántas horas de trabaja para hacer "eso".
Sabemos que como dueño o gerente de empresa tienes otra responsabilidades es un tu día a día que hacer "micromanagement" de todos tus empleados.
Por eso es importante que tengas las herramientas correctas para poder ayudar a tu equipo a definir el horizonte hacia dónde va el negocio, el "para qué" que debe dar norte a todo lo que ellos hagan.
Sabemos que es difícil, que tienes muchas cosas en tu cabeza, muchas ideas, pero no siempre con quién conversarlas y bajarlas a la acción. Aquí es donde vamos a recomendarte que busques un coach, un consultor, que escuche tus ideas y te ayude a darle forma antes de que las compartas con tu equipo y se vuelvan "la prioridad porque el jefe lo dijo". Necesitas madurarlas. Podemos ayudarte, podemos coachearte para que se alineen los planetas para tu empresa y comiences a pedirle a tu equipo lo necesario para ver resultados.