Te desvives por alcanzar a tu público objetivo y vender más. Quieres llegar hasta donde está y trasmitirle tu pasión por tu producto; contarle cada decisión que tomaste pensando en él, en beneficiarlo y mejorarlo cada día. Quieres potenciar tus canales de comunicación para llegar más naturalmente a esos usuarios y contestar sus preguntas, despejar sus dudas.
Quieres que tu compañía sea más rentable, poder cuidar a tu personal y garantizarle trabajo por mucho tiempo.
Quiero que lo sepas: te puse un nombre, una edad, un género, un lugar de residencia; imaginé una personalidad, un estilo de vida, valores, creencias, gustos, intereses y hasta intenté comprender tus posibles temores, ambiciones y conflictos.
Imaginé lo que ves, oyes, piensas y sientes. Decidí lo que estás buscando, lo que quiero que aprendas y tu objetivo al leerme. Y, desvergonzadamente, también te puse una foto para conocerte.
¡Quiero que te enteres que te estoy hablando a ti!
El “personaje de mi lector ideal”, en este caso, es un personaje de ficción que se parece mucho a ti y humanizar a ese personaje me permite comprender y empatizar con quienes leen este blog y poder darles lo que pueden estar necesitando a quienes quiero que lo lean.
Así funciona el Buyer Persona o ficha de personaje (cliente/seguidor/usuario) para saber a quién le estamos vendiendo un producto o servicio, con quién estamos haciendo negocios y poder orientar correctamente nuestro mensaje.
Necesitamos armarnos una idea acabada de a quién le estamos hablando, porque, si no lo hacemos, corremos el riesgo de no estar hablándole a nadie.
Por eso, confeccionar esa ficha debería ser el primer paso dentro de la estrategia de planificación de contenidos.
Los datos estadísticos sobre el público medible también ayudan en esta instancia, pero los números fríos nunca deben reemplazar a esa forma en que te imaginamos: por ejemplo, “Federico, 50 años, de Buenos Aires, dirige una empresa familiar que quiere comenzar a vender por Internet pero no sabe cómo”.
¿Ese “Federico” tal vez no te representa a tí? Puede suceder. Por eso, es recomendable crear tantos personajes como públicos a los que queremos apuntar (aunque claramente va a ser uno el que se lleve nuestro deseo máximo).
Entonces, toma nota mental. Para construir los “Buyer Personas” de tu empresa, necesitas –en principio- dos columnas. Una para variables duras y otra para variables blandas.
En esa tarea, nos enfrentaremos a un montón de dudas y dilemas. Un consejo que seguimos en Andimol es sentirnos autores de cine escribiendo los personajes que tomarán vida en nuestra historia.
Y otro tip que tenemos es no apto para fóbicos: cuando creamos a nuestros perfiles de cliente y empezamos a elaborar contenidos, nos imaginamos que ese personaje está en la misma habitación que nosotros, e intentamos relacionarnos con él como lo hacemos con nuestros mejores amigos, sabiendo qué les va a interesar, cómo podemos hacerlos sentir mejor y qué los va a llamar a la acción.
Son varias las herramientas con las que podemos contar para comenzar a crear estos perfiles que nos ayudarán a conocer y entender en profundidad a las personas a las que les queremos hablar con nuestro contenido y que buscamos se conviertan en nuestros clientes.
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